
La falta de sistemas modernos de gestión de personal está detrás de una brecha salarial de hasta 300% en logística.
La industria logística mexicana enfrenta una tormenta perfecta que combina escasez de talento especializado, alta rotación, brechas salariales internas y nuevas presiones regulatorias, como la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales.
Según Maya Dadoo, CEO y cofundadora de Worky, esos factores no solo afectan la competitividad de las empresas, sino que repercuten directamente en los costos logísticos y, en última instancia, en el precio final para el consumidor.
“En logística estamos viendo brechas salariales de hasta 300% para el mismo rol dentro de una misma empresa, y eso es brutal”, afirmó Dadoo en entrevista para T21.
El estudio más reciente de Worky reveló que, dentro del sector logístico, las diferencias salariales para un mismo puesto pueden alcanzar hasta el 300%, un nivel de dispersión que erosiona la productividad, eleva los costos operativos y dificulta la retención de talento.
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Por ejemplo, en el caso de un administrador logístico, la diferencia entre el percentil bajo y alto del sueldo llega a 295%, en un supervisor de logística al 280%, y en un ingeniero industrial especializado al 229 por ciento.
En el rango superior de remuneraciones, perfiles como el especialista en planeación logística registran ingresos promedio de 37 mil 395 pesos mensuales; mientras que, en contraste, roles críticos como el colaborador en transporte o el especialista en logística de campo apenas superan los 14 mil 485 pesos, a pesar de su impacto directo en el cumplimiento de las metas operativas.
En muchos casos, auxiliares y supervisores logísticos perciben entre nueve mil 100 y 12 mil 700 pesos mensuales, apenas por encima del salario mínimo y sin vinculación a objetivos o desempeño.
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El origen del problema, explicó, está en la falta de herramientas modernas para registrar, analizar y ajustar la compensación. Muchos departamentos de recursos humanos en el sector todavía trabajan con sistemas obsoletos, diseñados hace más de 15 años, sin capacidad de integración ni reportes personalizados.
Esa carencia de visibilidad provoca que un empleado nuevo pueda ganar tres veces más que otro con la misma función, lo que alimenta un círculo vicioso: la rotación en logística ronda el 200% anual y el talento especializado “salta” de empresa en empresa en busca de mejores sueldos, incrementando los costos operativos, según comentó la especialista.
Para Dadoo, la propuesta de reducir la jornada laboral plantea un reto mayúsculo para la administración de nómina en logística, donde los esquemas de pago incluyen múltiples variables como kilómetros recorridos, tipo de carga, paradas y horas trabajadas, entre otros.
“El cálculo de la prenómina en este sector ya es complejo y en muchos casos se hace a mano. Con la reducción de jornada, las horas extras se dispararían y eso no solo encarecerá la operación, sino que también incrementará la posibilidad de errores”, advirtió.
Agregó que las empresas tendrán que decidir entre pagar más horas extras o contratar más personal, en un contexto donde el talento calificado es escaso, lo que obligará a rediseñar turnos, capacitar de forma intensiva y fortalecer los planes de carrera para retener a los operadores más experimentados.
Asimismo, señaló que la rotación no solo encarece la nómina, también eleva los costos logísticos, ya que las empresas deben constantemente capacitar y certificar personal, lo que se suma a otros factores como los retrasos aduanales, regulaciones sanitarias y problemas de abastecimiento.
De acuerdo con la Asociación Nacional de Transporte Privado (ANTP), las ineficiencias logísticas pueden elevar hasta un 30% los costos operativos, lo que se traduce en precios más altos para el consumidor final y pérdida de competitividad para las empresas.
“El consumidor final termina pagando parte de este sobrecosto, aunque las empresas están viendo sus márgenes cada vez más reducidos”, apuntó Dadoo.
Por otro lado, la llegada de empresas por el fenómeno del nearshoring (relocalización de líneas productivas) incrementará la demanda de transporte y logística, lo que para Dadoo supone una doble oportunidad que trae consigo más negocio, pero también mayor presión sobre un mercado laboral ya saturado.
Frente a este panorama, Worky impulsa la adopción de software para optimizar la gestión de nómina, turnos, asistencia y compensaciones, así como para integrar Inteligencia Artificial en la planificación de rutas y mantenimiento preventivo.
“Los equipos de recursos humanos deben dejar de operar a ciegas. Con información en tiempo real y sistemas integrados, pueden reducir la rotación, optimizar su plantilla y ofrecer planes de compensación más justos y competitivos”, subrayó Dadoo.