Demanda debilitada, caída de tarifas e insistencia de restricciones sanitarias en China
A medida que la inflación avanza en el mundo y se sienten los efectos de una demanda de consumo debilitada, las tarifas de fletes al fin están regresando a valores pre-pandemia, lo cual es una buena noticia para dueños de la carga. Pero las tarifas más bajas no son más que un incentivo para embarcar más carga porque hay espacios disponibles que necesitan ser llenados. Por lo tanto, la ‘buena noticia’ de la baja de las tarifas arrastra la sombra del exceso de capacidad frente a una economía mundial pronosticada a tocar su punto más bajo durante el 2023.
El péndulo
Una fuerte actividad de desguace de embarcaciones previo a la pandemia dejó a la industria con una capacidad disminuida para el fuerte influjo de demanda que vendría con el aumento de consumo de productos terminados. Como efecto péndulo, el libro de órdenes se llenó de grandes embarcaciones, las cuales están por entrar al mercado justo ahora que la demanda ha comenzado a bajar y se pronostica que caiga aún más durante el primer cuatrimestre de 2023, que se perfila como el más incierto desde el inicio de la pandemia en 2020.
Según un análisis de Jon Monroe Consulting, los contratos de tarifas serían los más afectados, ya que las navieras no estarían renegociando frente a una reducción de tarifas spot; pero las embarcaciones semi-vacías les obligan a reducir esa brecha en beneficio de los BCOs. La resistencia de parte de las líneas navieras obedece a su esperanza de que las tarifas se estabilicen a niveles más altos antes de renegociar.
Se estrecha la brecha
La diferencia entre la costa este y la costa oeste de Estados Unidos ha sido uno de los parámetros que ha ayudado a medir la fluctuación de tarifas y la preferencia de rutas, pero la brecha entre el Pacífico y el Atlántico se está estrechando, con lo que la competencia entre las costas se hace más intensa… la decisión de recalada ya no radica en el punto menos congestionado, sino en el destino con la tarifa más baja, cercanas a los valores previos a la pandemia, cayendo de manera sostenida desde septiembre a la fecha.
El desafío ahora está en repartir de manera balanceada el volumen de carga entre destinos y tarifas, de manera tal de llenar naves lo más posible hacia todos los puntos sin dejar espacios sin usar, que son la principal causa que lleva hacia navegaciones canceladas.
Las predicciones y estadísticas
Más de cinco índices de diferentes procedencias respaldan la caída de tarifas spot. Y los armadores quedan atrapados entre la exigencia del mercado de bajar sus contratos en un contexto de aumento de costos operativos fijos que dejó la pandemia. Otro punto que suma a la probabilidad de ver un incremento masivo de las navegaciones canceladas, que podrían representar entre un 40% y 50% —o quizás más o quizás menos— de capacidad inactiva. Pero las naves que irían a desguace y que reingresaron al mercado frente a la necesidad de la pandemia ahora estarían saliendo del mercado, retomando su curso natural a ser desmanteladas y dar paso a nuevas embarcaciones. Por lo tanto, la real capacidad de la flota mundial y el impacto en la nueva dinámica del péndulo de carga está aún por verse en los últimos meses de 2022 y los primeros de 2023, que serán muy probablemente los más difíciles de lo que la disrupción de la pandemia ha causado.
FUENTE: Mundo Máritimo